martes, 16 de octubre de 2012

"Coles de mayores" y amigos imaginarios

Primer día de cole de "mayores": María, (3 años y medio), iba muy contenta. Cuando estábamos llegando, su padre y yo le explicamos que el siguiente edificio era otro cole de niños aún más mayores.
Se lo pasó bien y salió contenta.
Ya por la tarde nos preguntó si al día siguiente podía ir al otro cole... Nos intentó convencer de lo mayor que era. Su argumento: que ya había hecho varias cosas en el cole de mayores. Digo yo que dado que sólo estuvo hora y media, no le daría tiempo a tanto…
Nuestra hija es atómica: ¿Por qué tiene tantísimas ganas de ser mayor? Nuestros intentos de convencerla de que ser "mayor" es aburrido, (porque los mayores tienen que trabajar para ganar dinero), no tienen casi ningún éxito...




Segundo día de cole: “Habemus” amiga imaginaria.
María vino hablando de Flora, una niña que estaba en el cole nuevo,  y que según ella había conocido con Irene, su mejor amiguita de la guardería, en el cole de baile.
Conocemos perfectamente a Irene, pero sabemos perfectamente que no hubo ninguna Flora, y aunque sí hubo sesiones de baile en la guarde, tampoco hubo cole de baile. Como yo ya había leído algún artículo sobre el tema de los amigos imaginarios, no nos preocupamos: De acuerdo con lo leído, que un niño se invente un amigo imaginario, no es bueno ni malo por sí mismo; no es conveniente llevarle la contraria, pero tampoco fomentarlo; sencillamente es signo que el niño intenta hacer frente a algo y demuestra que el niño en cuestión tiene una gran imaginación.
En unos días, y a medida que María iba haciendo nuevas amiguitas en el cole nuevo,  Flora iba desvaneciéndose.  Ahora tan sólo permanece en el nombre de María: Algunas veces dice que se llama María Flora o María Flor; (Si varias personas de su entorno tienen un nombre compuesto: ¿por qué ella no?).

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