viernes, 13 de abril de 2012

María ya vuela sola; 2 de abril de 2012


Hace aproximadamente un año decidimos llevar a María a la piscina para que empezara a familiarizarse con el agua. Resultó que disfrutaba con la actividad, sobre todo con la autonomía que le suponía flotar y moverse ella por el agua (con la ayuda de manguitos y similares), así que seguimos llevándola.
En esta primera etapa se nos pedía que alguien entrase con ella en el agua, y eso hicimos. Normalmente la llevaba mamá y alguna vez papá. La verdad es que papá y mamá también disfrutaban con la actividad.

Algún día, espero, bromearémos contándole cómo reaccionó al desnudo en los vestuarios: en un principio se quedaba mirando muy atenta e incluso, cómo no, hacía preguntas muy indiscretas sobre lo que veía, con las que había que lidiar de la mejor forma posible… (Afortunadamente, la gente es comprensiva con la “indiscreción” infantil). Al vestuario femenino se acostumbró pronto; el vestuario masculino le resultó más interesante, quizá porque fue menos veces: digamos que la palabra “pilila” sonó varias veces en su boca, y algunas veces muy, muy alto…

El otro día nos llamaron de la piscina: Como María ya  tiene la edad y ha alcanzado los objetivos del primer nivel, a partir de ahora pasa al siguiente, en el que ya entra sola en el agua. Cuando llamaron,  contesté yo la llamada y lo especificaron: “A partir de ahora, entra ya sola”. Sé que parecerá tontería, pero sentí como un pellizquito en el corazón: por primera vez me sentí apartada de su vida…

Hasta ahora hubo varios momentos en que se evidenciaba que se hace mayor: ropa que quedaba pequeña, abandono del chupete, abandono del pañal, mayor autonomía… Pero en esas cosas, éramos papá y mamá los que íbamos marcando. Por primera vez, es otro el que marca, el que dice: “ya no más”…


El próximo día entrará en la piscina sin nadie… María ya es mayor y vuela sola.













(Fotografía: Elena Sánchez).

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