sábado, 4 de febrero de 2012

¡Pero que presumida eres, María…!; 2012, 4 febrero


Año pasado: Durante un fin de semana en casa de mi hermana Bea y su marido, hubo primero sesión de complementos: la niña acabó cubierta de collares y horquillas. Además,  el no va más: mi hermana la maquilló. María estaba encantada pero no se estaba quieta, por lo que mi hermana no acabó “el trabajo” y  el maquillaje duró poco...
Unos días más tarde en casa, para entretenerla le pregunté si quería pintarse otra vez. Contentísima, contestó que sí, por lo que  quité mi maquillaje y pinturas suyas compradas para los festivales. Empecé a maquillarla, pero acabé cediendo y dejándola pintarse a sí misma. Resultado: acabó pintarrajeada hasta el punto de que al tocar la ropa, el sofá, etc. manchaba todo.  Decidí borrarle la cara, pero no quería: ¡Que gritos, se enteró todo el edificio!

Desde entonces, ha pedido pintarse la cara un montón de veces: ¡menos mal que lo que prefiere son mariposas, y no maquillaje de fiesta!.

Más recientemente: Fuimos a hacer una visita a unos tíos míos. Mi tía tenía las uñas pintadas en un tono rosa clarito. María, que está en la época del “todo rosa o violeta” y que llevaba mucho tiempo queriendo pintarse las uñas, a pesar de que a sus papis no les hacía mucha gracia…, se fijó rápidamente en la uñas de tía Visita. Mami y papi habían acordado claudicar ante tanta insistencia de la niña,  y finalmente, le sugerí a mi tía que, si quería hacerle un regalazo, se las pintase… ¡Dios!, lo sorprendida que me quedé viendo lo quietecita que estaba durante el proceso y los minutos siguientes… Hubo que decirle que ya podía mover los dedos… Y creedme, estarse quieta en mi hija, es muy, muy, raro…
Desde entonces, ya se ha pintado las uñas varias veces: algunas veces la abuela, incluso mamá (los Reyes Magos trajeron esmalte de uñas para pintarse mamí y María, si ésta última se porta bien...).
Últimamente: En esta época hace frío, y de vez en cuando cuando los labios se le empiezan a cuartear, le echo un protector labial: no barra de labios con color, sólo protector labial incoloro... Da igual, pone boquita de piñón, y pasa un rato sin hablar… No importa que le hablen, durante un ratito, ella no puede hablar porque tiene “los labios pintados”.
Y podría contar mucho más… (¡que "miedecito" nos entra a su padre y a mí, cuando adopta posturistas tipo "Barbie" delante del espejo, o incluso sin estar delante del espejo!), pero dejemos el tema aquí…

1 comentario:

  1. JAJAJAJA!!! Tranquila,no eres la unica,yo a veces me pregunto a quien se parece mi hija pq no hay cosa que mas le guste q el maquillaje y la laca de uñas.Son muchas las fotos d esa carita totalmente pintarrajeada y muchos los pintalabios inservibles tras pasar por sus manos.Ahora cada vez que m maquillo para salir somos dos las maquilladas...no se como sera cuando tengan 15!!!!Y si,da bastante "miedecito"

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